ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

jueves, 22 de abril de 2010

EN EL PARAíSO

Estoy, al final de la tarde, cuando los colores del ocaso empiezan a pincelar el cielo, sentado en un banco del parque dejando que el perro se saque solo. Anda de un lado a otro olisqueando las esquinas y marcando su territorio. Una pareja de adolescentes también anda olisqueándose las esquinas mutuamente un par de bancos más allá. No me gustaría volver a aquella época, demasiada confusión. Ahora la vida se ha vuelto tediosa, anodina y carente de aventura, hasta el fin de semana se ha vuelto rutinario, pero al menos todo trascurre en una aparente calma. Me hago un porro. La pareja me ve y el chico se acerca a pedirme un cigarro. Se lo doy y vuelve con su chica con cara de triunfo. El perro sigue por ahí, saco la libreta y escribo esto. Nada más. Para que escribir, mucho mejor escuchar los sonidos del parque y mirar el cielo, el atardecer naranja, violeta, las lágrimas del sol, que lentamente se deja caer tras el horizonte.

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