ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

miércoles, 26 de mayo de 2010

LA INSATISFACCIÓN DEL ONANISTA ENVIDIOSO

En mis fantasías, me gustaría que dos chicas como esas que se acarician en la pantalla del ordenador me incluyesen en sus juegos eróticos. La escena es típica: una pareja de lesbianas se lame y acaricia para la cámara, para todos los que con un click de ratón nos decidimos por ellas. La falta de sordidez hace que la erección baje un poco, al tiempo que aminoro el ritmo del movimiento de muñeca. Mi lado femenino que busca otra forma de autosatisfacción.

Fingido o no, pienso en la voluptuosidad del orgasmo femenino, su humedad, la electricidad recorriendo un cuerpo que sólo puede responder con espasmos. Más que la intensidad del gemido, es el movimiento involuntario del cuerpo. Un placer negado a la testosterona, ese ansia por dominar, ese ansia por controlar, que acaba siempre del mismo modo: igual que cuando termino un poema, autocomplacido, con cara de tonto, pensando que lo mismo he hecho un buen trabajo.

martes, 18 de mayo de 2010

PRODUCTO PERECEDERO

Todos los días atrapado en el mismo día. Un sólo día en torno a un trabajo de peón oficinista. Otra página más en mi abultado currículo de trabajos de mierda, de los cuales ninguno duró tanto como el de ahora.

Desde la amplitud del ventanal, observo como empieza otra primavera. En ella busco una salida, una salida distinta que no me lleve ni a Granada, ni a Ella, ni a ningún otro lugar de aquel pasado que hace tiempo que ya no está.

El horizonte es mío. Más allá de la pantalla del ordenador hay un lugar donde las palabras escriben otra historia, donde las palabras programaran algo distinto: otra Granada, otra Ella... un futuro diferente al que pretende sobrevivir este perecedero presente.

Una línea de fuga, un punto de ruptura de la narración prevista...

lunes, 17 de mayo de 2010

AUTóMATA

A medida que va empezando el día, todas las palabras que hay dentro de mi cabeza me van recordando quien y como soy. Al tiempo que van dibujando el hoy que empieza. Así, en una posición de sumisa asunción, antes de entrar en el metro ya se quién soy, donde estoy y para que estoy donde estoy. Inmerso en esa comprimida biografía a la que he sido asignado en los primeros instantes de la jornada, como un autómata programado voy haciendo lo que tengo que hacer, pautas que se repiten casi idénticas día tras día y que podrían ser previstas matemáticamente. Hasta que acaba el día y todo queda suspendido como un PC, que con la pantalla apagada, permanece con todos los programas encendidos, a la espera del estimulo externo que lo vuelva a encender.

lunes, 10 de mayo de 2010

SOBREDIMENSIONADO

He elegido la distancia, un deslizarse por las cosas sin llegar a tocarlas; evitar fijar la persona para que la tristeza no dure más que el aleteo de una mosca y la alegría brille con la fuerza de una súper nova. Y en otro momento, en otro día, las palabras mantienen su intención de incoherencia, una imagen descompuesta que sólo se puede percibir desfragmentada. Pedazos que tratando de ser nube, se dispersan a causa del empuje autónomo del viento que fluye en el inmenso cielo que, sobredimensionado, hay en mi cabeza. El mismo viento que trae nuevas nubes, formando, azarosamente, nuevas imágenes que mediré en palabras para forma otro poema.