ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

viernes, 31 de diciembre de 2010

PUSHKAR #2: El regreso

Hoy es noche vieja y no me importa, no lo parece. Simplemente es un atardecer que nos traerá otro amanecer.


EL ATARDECER DE PUSHKAR.


PÁJAROS AL ATARDECER.


VISTA DE PUSHKAR DESDE ARRIBA DE UNO DE LOS TEMPLOS.


OTRO DE LOS TEMPLOS DE PUSHKAR A LOS QUE ESTA VEZ PUDE SUBIR.
Pushkar primera ciudad que repito en el viaje. Camino de Delhi decidí parar aquí para pasar estas inexistentes navidades. Mejor así. Cualquiera que me conoce sabe lo que pienso de la hipocresía de estas fechas. Nada más que decir sobre la falsocracia navideña.

Repetir una ciudad tiene cierto punto de interesante. Mucha gente local, sorprendentemente, te reconoce y agradece que vuelvas a elegir sus locales. Así me ha pasado con el hostal y un par de restaurantes. Del mismo modo que en el hostal me han dejado la habitación más barata y agradecieron que les llevase otro par de clientes que había en el bus, en los restaurantes me recibieron invitándome a chai, comida y, en uno de ellos, a fumar buen hachis.

Poco más que contar sobre esta árida tierra que no contara ya en su momento. Pequeña aldea de unos veinte mil habitantes que, como tantas otras, vive del turismo. Las lluvias se han repetido casi con la misma intensidad que la vez anterior, y solo hoy, tras cuatro días ha amanecido un día realmente despejado. Día que hemos aprovechado a subir a un templo, cuyo nombre, que podría haber apuntado, desconozco. Es un de eso templos de esos que me gustan, se que no lo he dicho antes, pero nunca es tarde. Esta apartado del centro de la ciudad y hay que subir una colina para llegar hasta el. En total se tarda al rededor de una hora y casi cuesta mas, por las dimensiones de los escalones bajar que subir, las rodillas nos los contaran. Pero, sin duda alguna, merece la pena subir. Las vistas de 360 grados son increíbles y muy bellas.

Aparte de los templos que se encuentran en el centro de la ciudad. Que yo sepa hay otro pequeño templo de estos a los que me gusta ir. Este requiere menos esfuerzo. También esta en una colina, pero esta es mas pequeña y solo se tarda una media hora en subir. Las vistas también son maravillosas y de las dos veces que subimos, una pudimos disfrutar de un bello atardecer. La otra vez fue curioso. Nada mas llegar al templo empezó a diluviar y estuvimos esperando a que escampase con los cuidadores del templo. Unos personajes que tienen que pasar un ano cuidando del templo. Desconozco los motivos por los que tienen que estar en el templo y si es que se trata simplemente de un trabajo, pero cuando trate de averiguarlo cambiaron hábilmente de tema. Estos tipos a parte de cuidar del templo, se pasan la mayor parte del día fumando porros. Como nosotros, pero en un sitio mejor,

El resto del tiempo lo pasamos fumando y poco mas. Escribo continuamente en el que, desde hace unos diez días, ya es el segundo diario. Hay poco que hacer en estas lugares de la India. Una cosa muy importante que he recordado mas que aprender por primera vez, otra cosa que quien me conoce sabe bien, es a perder el tiempo en la simple y vacía contemplación sin sentirme culpable y sin tener la sensación de perderme algo. Un aprendizaje maravilloso y esencial para visitar este país.

martes, 28 de diciembre de 2010

UDAIPUR: La Venecia de Oriente.


PARA EMPEZAR, COMO NO, EL BELLO ATARDECER EN EL LAGO.



MERCADO DE VERDURAS EN UDAIPUR. UNA FIESTA DE COLORES.


RELAJADA CHARLA A LA HORA DEL TE.


VISTA DEL LAGO DE UDAIPUR.


Tras el tortuoso viaje desde Hampi, como ya dije, por fin llegue a Updaipur. La ciudad más romántica de la India. Esta ciudad se hizo famosa porque aquí se rodaron algunas escenas de la película octopusy de James Bond 007. He intentado rebuscar en mi memoria pero no logro dar con la escena en cuestión.

Entre el sur de la India y el norte, como en todos lados, ha muchas diferencias. Updaipur es una de las ciudades mas turísticas del Rajastan que usa su fama de ciudad romántica para a traer a otro tipo de turismo diferente al del sur. Aquí por primera vez, supongo que ayudado por las fechas en las que nos encontramos, me encontrado con un turismo mas familiar que mochilero. La verdad que el tiempo no acompaña. Al ser una zona desértica por la noche suelen caer bastante las temperaturas.

La primera noche, al rato de haber llegado, ya tenia gente con la que pasar el rato acompañado. Una pareja de argentinos y un siciliano que vive en Madrid. Los cuatro estuvimos paseando por la ciudad sin tratar de ir a ningún lugar turístico ni a ningún templo más de lo debido.

Al perderse por una ciudad sin rumbo fijo puede que se corran ciertos riesgos con los que yo todavía no me he topado que si se sigue la ruta turística. Pero al mismo tiempo se puede llegar a conocer lugares más interesantes. Así fue el caso, deambulando por las barriadas de Udaipur, dimos con un montón de niños que jugaban a la peonza y nos invitaron a quedarnos con ellos haciendo todo tipo de preguntas y haciéndoles flipar un rato con nuestras estupideces occidentales. Luego dimos con un grupo de adolescentes que nos invitaron a jugar al criket con ellos. Pero como estos ya no eran niños sino adolescentes y la maldad ya rondaba por sus cabezas hubo un momento que la cosa se empezó a salir del tiesto y decidimos marcharnos. Una serie de pelotazos y obvios insultos que no entendíamos nos hizo seguir nuestro camino por las calles de la ciudad.

Y por ultimo, como siempre, el atardecer reclamo mi atención al final del día. Desde que llegue a Risikesh, prácticamente he ido cada día un buen lugar para fotografiar el atardecer.

Tras estos dos días sin hacer otras cosas mas que pasear, fumetear y ver con devoción religiosa la siempre hermosa puesta del sol, y otro infernal viaje en un autobús de línea privado que decidimos coger el siciliano y yo, ya que hay una huelga que tiene paralizadas ciertas líneas de tren, estoy de vuelta en Puskar. Primera ciudad a la que he vuelto, y conmigo han vuelto las lluvias. Ya lo contare.

Pero dejo una primera impresión, volver a una ciudad tiene cierto encanto. Quizá me equivoque, pero al volver a la ciudad y al volver a los sitios, guest-house y restaurantes que ya estuve en su momento, me da la impresión que la gente me lo agradece... invitan a chais, porros, mejoran el precio inicial, etc.

La historia sigue ...

A LOS QUE ESTáN LEJOS...

Viajando uno aprende, entre otras muchas cosas, a apreciar mas a los que quedaron atrás. Se aprende a saber que cuando se echa de menos a alguien es algo positivo. Llámalo amor, llámalo cariño, llámalo como quieras. No importa el adjetivo. Es un sentimiento que no necesita ser codificado en palabras, permanece en tu interior hinchándote el pecho de orgullo y fuerzas para seguir en el camino.

Cualquiera puede sentirlo. Basta con cerrar los ojos. Sabes que aunque lejos, aquellos a quienes quieres y echas de menos, no pueden estar más cerca.

sábado, 25 de diciembre de 2010

AUTOBúSES DE LíNEA PRIVADOS

Con mas pena que otra cosa al final me decidí a irme de Hampi. La tardanza en decidirme hizo que mis opciones fueran escasas, ya que, a una incomprensible necesidad de salir, hay que sumarle que a primeros de enero tengo que estar en Delhi para ir a recoger a una buena amiga que se viene unos días a India. Con todo decidí que lo mejor era acercarme hasta la capital lo más posible, por lo que ahora me encuentro otra vez en el Rajastan. Estoy en Udaipur, la Venecia de oriente la llaman, pero este post -que palabra mas fea que insisto en usar- no es para hablar de la ciudad. Aquí hablare de lo que me ha costado llegar hasta aquí.

Como estamos en navidades no ha sido posible encontrar un billete que me trajese directamente en tren hasta esta ciudad. Las únicas opciones que me quedaban era seguir por el sur y luego cogerme un avión hasta Delhi para estar en las fechas que necesitaba estar o coger una serie de autobuses, privados y locales, para llegar hasta donde ahora me encuentro. La primera opción quedo rechaza rápidamente por cara. Unas nueve mil rupias me hubiese costado todo. Si pensamos en euros no hubiese sido tanto, unos 150 euros. Pero, después de casi dos meses de viaje ya solo puedo pensar en rupias. Me permito lujos, pero no tan elevados. Así que decidí cogerme un autobús local y tres privados para llegar hasta donde me encuentro. Un total de 2000 rupias.

El primero me llevo de Hampi a Hospet. Poco menos de una hora de trayecto por 15 rupias en uno de esos maravillosos autobuses destartalados. Hospet es una pequeña ciudad que poco tiene que ofrecer sino vas buscando el caos y el ruido que caracterizan a los lugares de paso en la India. Allí me cogí el primer bus privado. Estos autobuses se caracterizan por haber asientos de dos clases: los sleeper y el semi-sleeper. La primera clase es una cama y la segunda un asiento reclinable como la poltrona -no se si esta es la palabra adecuada, la verdad, pero queda bien- de un dentista. Por supuesto que cogí la clase mas barata. Este bus me llevo en 14 horas hasta las afueras de Mumbai, donde, envuelto en una manta para salvarme del frío, malamente pude dormir.

A Mumbai llegue sobre las nueve de la mañana. Lo primero que hice fue desayunar. Luego intente dejar la mochila en algún lado para darme una vuelta, pero nadie se quiso hacerse responsable de lo que pudieses sucederle a mis cosas. El detalle es que las líneas privadas no tienen estación, por lo que no existe consigna alguna. Los autobuses para en algún lugar improvisado que hace las funciones de estación. En este caso la estación fantasma se encontraba debajo del puente de una autovía. Por suerte cercano al lugar había un parque nacional donde pase ocho horas esperando el siguiente autobús. Aunque también hay que sumarle las otras cuatro horas que pase en un restaurante una vez que se hizo de noche y cerraron el parque.

Tras un total de doce horas de espera por fin salio mi autobús destino Ahmebadad, o algo así. Otro semi-sleeper esta vez sin frío. Lo mejor de este tercer autobús es que a mitad de noche cuando por fin me había conseguido quedar dormido se estropeo en mitad de la carretera y tuvimos que cambiarnos a otro que tenia el cierre de las ventanas roto y en el que si hacia frío. No se cuanto tiempo estuvimos parados en la estación esperando que llegase el bus sustituto por que, como he dicho, estaba dormido, pero cuando sucedió me cague en la madre de todos los indios y de su deficiente sistema de trasporte por carretera. Un gruñido de cabreo con el que fui observado por buena parte del pasaje que no entendía el idioma con el que hablaba. Por suerte solo fue eso un gruñido de recién despertado, porque este país, salvado estas cositas, es un lugar que me tiene enamorado. Una vez en el autobús de reemplazo me dormí como pude envuelto en mi saco, ya que, como ya he dicho, el cierre de las ventanas estaban roto y hacia un frio de cojones.

Cuando se hizo de día paramos en un bar de carretera a desayunar. Despues, de nuevo en el bus, empecé a conversar con una familia india que se iba a pasar unos dias a Ahmebadad. La madre no hablaba, el padre se hacia el interesante y el chaval, el mas majo de todos, intento enseñarme ha hablar en hindi. Algo, que como es lógico, debido al deficiente estado en el se encontraba mi cabeza fue imposible. Con cuatro horas de retraso llegamos al destino.

En un principio había pensado en darle una oportunidad a Ahmebadad pero después de verla y recordar lo que sucedió en Jaipur la idea se fue rápidamente de la cabeza. Tras varias peleas con los de la agencia de viajes y con los conductores de los rickshaws conseguí mi último billete para llegar hasta donde ahora estoy Udaipur. Un viaje de otras seis horas, que también llego con retraso, ya que, como el autobús no se había llenado empezó a funcionar como un autobús local, lo que quiere decir que en la ciudad iba parado preguntado a la gente si se quería subir y también iba haciendo lo mismo por los pueblos del camino. Algo que me cabreo por el precio que había tenido que pagar yo, entupido giri, que bien me podía haber cogido directamente el bus local. Pero bueno, las ganas de llegar eran mayores que el cabreo y volviendo a pensar en euros por un instante para amortiguar la ira. Además justo antes de llegar, deseando fumarme un bidi vi como las conductores estaban fumando y me acerque a fumar con ellos. En ese instante fui testigo de como el conductor que estaba encargado de conducir el ultimo trayecto deseoso por llegar apuraba cada milímetro de la autopista de peaje adelantando a todos los vehículos que estaban en el camino mientras mascaba tabaco y conducía con una mano por que con la otra sujetaba el paquetillo donde estaba el tabaco. Toda una experiencia que finalizo feliz, en un buen hotel donde he conocido más gente con la que seguir intercambiando experiencias.

martes, 21 de diciembre de 2010

HAMPI #3: Bioritmos solares

Aunque tengo menos prisa que el viento, debo irme.
(Gibran Jalil Gibran)



Se termina Hampi, en cinco horas empiezo el viaje de vuelta al Rajastan. Todo tiene que terminar y de Hampi me marcho con un montón de lágrimas en los ojos. Una por cada persona que he conocido. Muchas de ellas no podrán saber como me he sentido con ellos porque nunca podrán leer esto. Da igual, creo que ellos lo saben.

En Hampi me he movido con el sol. Levantándome con el amanecer, acostándome pocas horas después del atardecer. He vivido sin reloj, sin necesitar saber que hora es en ningún momento. Nunca olvidare los atardeceres desde el pequeño templo que se encuentra encima la Tipi guest house. Si alguien viene alguna vez a Hampi tiene que, por obligación, acercarse hasta ese lugar y contemplar una belleza que no puede medirse en palabra. Es imposible. Tampoco olvidare las imposibles posiciones de las rocas; los días de escalada con Greg, cofee y Lucas, las heridas y la piel arrancada afianzando una pasajera amistad; el lago, su salto de cinco metros con la descarga de adrenalina; los paseos en motos con Luis; y milenarios templos. Pero sobre todo nunca olvidare a toda esa gente con la que intercambie algunas horas haciendo lo que fuese... Jorg, el fumeta alemán, Félix, también alemán, comenzando su viaje, los australianos, americanos, rusos, israelitas, y un largo e inconmensurable etcétera.

Sin querer decir adiós, solamente digo hasta otra Hampi...

ALGO

En todo hay un comienzo
y un algo
que nunca termina.
Ese algo que permanece
latente
a la espera
de un nuevo encuentro.

En el camino nos cruzamos
y cuando tu camino y mi camino
dejen de ser el mismo camino,
seguiremos juntos, en el recuerdo
de lo que comenzó siguiendo los pasos
de lo que nunca termina,
andando
hacia el mismo destino.

dedicado a joaquin-tania-rocio-estefano, viole-luis, greg-cofee

miércoles, 15 de diciembre de 2010

HAMPI #2: La ira de Hanuman.


COMO NO, OTRO DE LOS INCREIBLES ATARDECERES QUE CADA DIA PERSIGO.


YO SOBRE UNA DE LAS ROCAS DEL LAGO.


TRABAJANDO EN LA COSECHA.


UNO DE LOS TEMPLOS CREADOS POR LA EXTRANA COLOCACION DE LAS ROCAS.


EL TIPI DE HAMPI. UNA GUEST HOUSE DONDE SE PUEDE DORMIR EN UN TIPI.


PANORAMICA DE UNO DE LOS MILES DE PAISAJES IMPOSIBLES DE HAMPI.


EL LAGO DE HAMPI, AL FONDO EL SALTO DE SEIS METROS EN EL QUE ESTUVIMOS TODA UNA TARDE.


Hampi es otra de las ciudades sagradas que están en la ruta del mochileo. Se supone, según la leyenda del hinduismo, que Hanuman, el dios mono, símbolo de la fuerza, dio forma al paisaje de Hampi en un acto de ira. Solo con darse una vuelta por la zona te planteas la certeza de dicha leyenda.

Hampi se divide en dos. A un lado la ciudad santa, con montones de templos. Al otro lado, separada por un río que hay que cruzar en un bote, la zona de los guest house y donde se aloja la mayor parte de la gente. También se encuentra la increíble zona de escalada en bloque por la que es famosa esta aldea.

En Hampi se puede hacer de todo. Hay una zona de escalada bastante buena, como ya he dicho, y es muy fácil conocer gente para irte ha escalar. Pero también, a parte de visitar los templos del otro lado, uno se puede alquilar una motocicleta y darse rulos por hay. Hasta el momento yo he hecho todo lo que se puede hacer aquí. He escalado, he fumeteado, he ido a lago a saltar del salto de seis metros y a acojonarme en el de veinte. Pero también, en los últimos dos días, me he alquilado una moto con un colega y hemos estado dando rulos por hay. Hemos estado en aldeas perdidas entre los valles formados entre las rocas, hemos visitado las cuevas prehistóricas, hemos ido a los templos lejanos hechos por el azar y por la ira de Hanumnan y, por encima de todo, hemos disfrutado del paseo en moto por las carreteras olvidadas de esta parte del planeta.

El resto de los días no lo se... hay cosas que se acercan... otras que se alejan... una mente perdida en medio de la nada.

domingo, 12 de diciembre de 2010

HAMPI #1: Sobre la tristeza en India.



Nada puede justificarla. Estar sentado viendo el atardecer es suficiente. Llega un momento en que todo se olvida y lo único que importa es seguir el camino, somos afortunados y lo sabemos. Las alegrías y las penas, lo pasado y lo que esta por venir, los holas y los adioses, todo es simple anécdota, todo es parte del viaje. Un viaje que se justifica a si mismo por el simple hecho de estar siendo, de estar sucediendo. Un viaje que sucede entre un más acá y un más allá: del mismo modo que en nuestro caminar vemos como el paisaje se va transformando, también, con buen juicio, podemos sentir como nuestro paisaje interno es transformado. Un paisaje interno que es erosionado por los cruces de miradas, las sonrisas y las risas; por todos esos momentos compartidos con aquellos desconocidos que se convirtieron, tras un atardecer, en buenos amigos.

dedicado a todos los que he conocido en la India, ellos saben quienes son...

A POEM

we wanted to forget how much time is left in the traffic light

we had left that only the wind blowing behind our ears

we wanted to get lost in the stare

we just buried the past and start again from the now

we, alone, everybody

like only one

miércoles, 8 de diciembre de 2010

JOG FALLS.



DE CADA LUGAR QUE VISITO BUSCO LOS MEJORES ATARDECERES.


VISTA DE LA CAIDA DE LAS CATARATAS 300 METROS.


LAS CATARATAS JOG.

El viaje continua. Es sorprendente como en un momento dado del viaje, cuando ya se ha cumplido el primer mes, nada empieza a importar. Echas de menos lo que dejaste en casa. La familia y los amigos. Pero no hay nada que te retenga, nada que te haga volver. Lo bueno y lo malo, no importa. Lo único que quieres es seguir viajando. Empiezas a acostumbrarte a ver vacas por la carretera, monos callejeros, pobreza... todo es la India y tu estas aquí y ahora y es lo que es.

En estas me moví con la gente que he ido conociendo de Gokarna a las Jog Falls, un parque natural entorno a unas cataratas en medio de la nada. Aquí hemos estado tres días. Paseando por las montanas y bañándonos en el río y en las lagunas formadas por las cataratas. Un lugar de increíble belleza. Más allá de las fotos, es sentir la energía del lugar. Visitarlo, estar en el, compartiendo los momentos con los desconocidos que conociste y que ahora sean convertido en buenos amigos.

En estas me fui a dar un paseo en moto con uno de los que he conocido. Un canario que se esta recorriendo la India en moto, y al que su hermana le esta acompañando durante el ultimo mes. La moto es una Royal Enfield de 350cc que anda bastante bien. Excepto cuando se nos rompió el cable del embrague en medio de la nada, en una aldea donde los únicos occidentales que habían pasado por hay en el ultimo mes éramos nosotros y un mecánico tuvo que hacernos una chapuza con un cable de freno para poder volver.

Sobre las Jog Falls poco mas de lo que ya he dicho: paseos camperos y fumeteo. Poco más se podía hacer. Lo bueno de las Jog Falls era que al ser un sitio poco transitado por turistas extranjeros y al mismo tiempo muy transitado por turistas indios, nosotros no éramos el factor importante de los negocios y nos dejaron bastante tranquilos. Unos días de descanso seguidos de otro día que no lo fue tanto.

Ahora estamos en Hampi, un lugar, también, como no, maravilloso, al que tuvimos que llegar en autobuses locales. Me viene con una pareja de Logroño con la que vengo viajando desde Puskar. Tuvimos que coger dos buses. Pues en el primero, en una de esas frenadas que pega el autobusero, dado las dificultades y el estado de la carretera, la chica salio disparada, porque estaba de pie, y se dio con la cadera con una de las barras del bus. Y, por si no fuera poco, a su novio en una de la paradas del autobús le robaron la maleta. Un movido. Hacer la denuncia, entenderte con los policías que no hablan ingles y quieren que no hagas la denuncia por movidas del turismo. Tela!!! Pero bueno nos prometieron que la mochila aparecería y hoy le han llamado al chico para que vaya a ver si es la que han encontrado o no... Increíble, si es la suya... desde luego que Every thing is posible in India.

Bueno el viaje sigue y sigue y sigue... la próxima Hampi.

viernes, 3 de diciembre de 2010

GOKARNA#2: Fotos


SIN DUDA ALGUNA LO MJOR DE ESTE LUGAR SON LOS ATARDECERES.


ARBOL SAGRADO AL QUE IRREVERENTEMENTE TREPAMOS.


EL SOL ESCONDINDOSE ENTRE LAS PALMERAS. FOTO TOMADA DESDE UNOS ARROZALES CAMINO DEL ARBOL SAGRADO.


VACAS Y BUFALAS COMPITEN CON LOS HIPPIES PLAYEROS POR UN LUGAR EN LA ARENA.


DE VUELTA A KUDLE BEACH DESDE PARADISE BEACH EN UN BARQUITO DE PESCADORES. LOS DELFINES NOS SEGUIAN.



PARADISE BEACH.


OHM BEACH.


OTRO BELLO ATARDECER EN KUDLE BEACH.


AMIGOS BUSCANDO UN POCO DE SOMBRA PARA TOCAR LA GUITARRA EN KUDLE BEEACH.


ESQUINA SECRETA DE CAMINO A KUDLE BEACH.


CALLE PRINCIPAL DE GOKARNA DONDE SE ENCUENTRAN TODOS LOS COMERCIOS Y TIENDAS.

jueves, 2 de diciembre de 2010

GOKARNA #1: La playa

Todo lo que necesitaba para recobrar su imaginación era tumbarse bajo un árbol durante doce meses, sin otro que hacer que contemplar las manchas de sol bajo la hierba. (M. Pearl)

Gokarna en la costa del mar arábigo es un lugar paradisíaco donde es muy fácil conocer gente. Prácticamente desde que salí de Puskar siempre he estado con otros viajeros y he conocido a gente muy interesante. Casi todos los que hemos acabado juntos son españoles, que hay un montón por la India.

Lo ideal de este lugar es verlo en fotos. Fotos que no voy a poder colgar hasta la siguiente entrada porque no funciona la conexión USB del sitio donde estoy. Imaginaros playas enormes con pequeñas cabañas donde dormimos, rodeadas por bosques tropicales, montones de hippies, las vacas y las búfalas compartiendo arena y buena marihuana.

Poco más que decir... la marihuana.... el calor.... la india... en el siguiente post habrá fotos.