Y sucede
que me canso de ser ese:
el mismo perro sin dueño
que no tiene a donde volver;
sucede
que cada noche tengo el mismo sueño
y nunca recuerdo como llegué hasta él;
sucede
que el cielo es azul
y mis ojos cada día son más grises;
sucede
que todo sucede
y yo me quedo atrás, planeando
por la inconsistencia del delirio
que quiso ser sueño y no llego a ser
más que tenue susurro.
jueves, 22 de julio de 2010
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