Vuelve la luz. Ahora, cuando comienza otro invierno
regresa a mí
un tenue palpitar de la esperanza. Una salida. Un, nuevo, comienzo.
Sendero sinuoso por el que abandono la sombra
del abatimiento. Escollo
en el que encalló mi navío. El único
que tengo
que es mi cuerpo.
Y hacia una antigua y conocida
luz
caminando, sin los lastres del miedo y la ansiedad,
me dirijo.
jueves, 23 de septiembre de 2010
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Renacimiento, una de mis épocas preferidas. En la que la luz se ve diferente y las formas ganan una importancia precisa. Estoy contigo; mes de inicios éste.
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