Los días pasan y el polvo se acumula por todas partes
en las esquinas
y en la parte alta de las estanterías;
toda la materia de la que está hecha el tiempo
desciende dejando un poso.
No muere el tiempo, tan sólo
se acumulan los segundos.
Esa insolente manera que nos inventaron
para medir el trabajo de la fábrica.
No muere el tiempo, tan sólo
se descompone la materia en la que estamos hechos.
lunes, 8 de agosto de 2011
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