pasan los días, uno tras otro se acumulan
un infranqueable hastío les da forma:
la rutina, esa cruel forma
en que lo cotidiano se vuelve oscuro
nada que hacer, de lunes a viernes
una misma historia en distinto escenario
más allá, en la otra cara del horizonte
sueños de salitre y arena que no llegan
que tan sólo son eso: sueños
pasan los días y nada sucede
nada sucede y los días pasan
con su insistencia
tan sólo, unos ¿poemas?
improvisados a destiempo
para dejar constancia
y matar la ruina