lloro recueros:
la memoria
del noctambulo
que sólo
cuando
está solo,
sabe todo lo
que a perdido;
como tus ojos,
que me miran
y los siento
alejarse en
la noche,
entre sus
sombras
lloro por la vida
perdida
en cada cruce
de miradas,
cuando,
en otras piernas,
aprendo
no necesitar
tenerte cerca.
lloro etílicas alegrías,
estruendosos brindis
que cantan
en el amanecer,
al nuevo mañana,
sin importarles
la resaca.
martes, 3 de agosto de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario