viernes, 27 de agosto de 2010
TARDE EN SILENCIO
Pertenezco a esos: los que piensan que ya está todo dicho. Le doy vueltas en mi cabeza y busco algo no pronunciado: los recibos de la luz se acumulan en la mesita de la entrada, no les importa su soledad, asumen en silencio su abandono; las plantas gritan en silencio hasta que pierden el color verde de sus hojas, veo sus gritos y les doy su ración de agua. Nada me importa mientras permanezca el silencio de lavadoras viejas y radios mal sintonizadas. Afuera, más silencio. Son las cuatro de la tarde, es verano, hace calor. Un desierto de asfalto con oasis de saldo. Lo que queda: un horizonte plano en el que ejecutar nuestras elecciones. Ya lo dijo Bukowski: poco amor/ o poca vida/ no es tan malo// lo que cuenta/ es observar las paredes/ yo nací para eso.
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