Hago cosas, muchas.
No soy ninguna de esas muchas cosas que hago.
Me tengo por nómada, transformación constante de las moléculas que componen mis aspiraciones.
Rozo el absurdo, diariamente, intento no llegar, no pasarme, quedarme en la antesala del ridículo.
Me refugio en las letras, me fosilizo en la poesía, en una idefinición constante que intenta el cambio, una huida del Yo a través del yo aspirado.
Una perpetua caída que me permuta haciendo ser mas Yo que yo que me devuelve a la intención.
sábado, 25 de junio de 2011
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