Los días pasan sin ser nombrados
y yo me oculto en un silencio
con la única compañía del murmullo
urbano
que llega a mi ventana.
Las palabras, cayendo de mis ojos
hasta que son en la pantalla.
Qué dirán de mí,
los que de este cuerpo nada saben.
Qué dirán de este que ante la pared
habla,
los que nunca me vieron llegar
desde el otro lado, el lado que no
existe.
Las palabras, cayendo de mis ojos
hasta dar con el ¿poema?, el espejo
donde nada es, donde todo es imaginado
por una luz reflectada.