todos los
hábitos adquiridos
los buenos y
los malos
durante mi
reciente época desempleado
un año y
medio sin dar ni palo
van
diluyéndose
en el esplín
del trabajador no cualificado
la pereza
constante
de quién
regresa diariamente a casa
con el
cuerpo dolorido
y la cabeza neutralizada
estos dos insípidos
días del fin de semana
apenas
pueden abarcar
la búsqueda
del consuelo femenino
la necesidad
del calor de los buenos amigos
los paseos sin
rumbo con el perro
las paredes
de roca que no esperan
las lecturas
pospuestas
el escaso
tiempo que le dedico a la familia
y, algo, muy
poco
para la
improvisación de otro ¿poema?