el cuerpo lo sabe, es viernes
por delante dos días libres
la triste realidad del trabajador
sólo dos días para descansar, para disfrutar
cómo si las dos cosas pudieran darse juntas
encima, un fin de semana pasado por agua
nada de escalar, ninguna escapada al montuna
obligado a permanecer
la noche como única opción para escapar
cervezas que se alargaran a ninguna parte
encontrar, quizá, una aventura pasajera
el argumento para otro insignificante ¿poema?