el verano sigue su curso
días lentos en los que nada sucede
la rutinaria presencia del calor
que duerme hasta los sueños
tardes vacías de contenido
tardes de persianas bajadas
esperar a que el sopor se atenúe
y salgamos fuera
a buscar la posibilidad
del acontecimiento
no va venir nadie a buscarnos
todo esta afuera, fluyendo
en el curso del tiempo
como un río que todo se lleva
la tristeza y el hastío
el tedio impronunciable
de los días iguales
la alegría fugaz
del tiempo no percibido
el tiempo sin esperas ni expectativas