mañana de sábado en la ciudad
el verano que aún no es
suspendido en esta calma
nada hay por hacer, y eso
está bien, aunque intranquilice
no dejamos llevar, fumamos tranquilos
alargando infinitamente el desayuno
mientras me centro
en las páginas culturales del periódico
tú planeas por la casa como un ángel