sábado, 30 de octubre de 2010
Y EN TUS OJOS LA NOCHE SE HACíA MáS NOCHE
Descubro, con los ojos ciegos, el camino que a ti me conduce. Las señales estaban ahora tan claras como lo estarán más adelante, nada hará que eso cambie. Pero el tiempo sigue y yo me alejo, los minutos siguen sumando horas en el reloj y las horas días en el calendario y yo me alejo. Será el miedo, ese irracional miedo que tengo en torno a las certezas, en torno a lo que se muestra incuestionable. Tú te fuiste como, después de ti, otras muchas también se fueron, se fueron todas ellas como sí siguiesen tus pasos. En pocos días, semanas, meses, tal vez años, seré yo el que marche siguiendo la estela que tú, estrella, dejaste imperturbable en el camino sobre un principio de miradas no olvidadas.
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Hay caminos de ida.
ResponderEliminarCaminos de vuelta.
Derribo vallas
para
que vuelvas.
Derribo vallas
para
que venga otro.
Levanto muros
para que
jamás aparezcas.
Me exilio
en
silencios
de
días
muertos.
Cómo me gusta cuando el escritorio me dice que hay un nuevo post en Hierba Espesa. Se te echa de menos cuando no escribes.
Besos