Recorres la habitación con la mirada
buscando algo que decir cuando no hay nada.
El mobiliario típico, nada especial.
Una cama, una mesa, un armario, el ordenador
y la mini cadena. Eso es todo.
Sólo es silencio, eso que te inquieta.
No le des más vueltas y posa ya la mirada.
Pósala en el vacío, no hay por que decir nada.
Tú y yo, ya nos conocemos. Es una historia
que hemos compartido desde que nacimos,
lo demás, ya lo he dicho, no importa.
Mejor así, sin palabras. Disfrutemos este silencio.
Ven, ven a mi lado y enséñame el lenguaje
de tu piel ahora que por vez primera
por fin estamos solos.
sábado, 5 de noviembre de 2011
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