Lo que es la poesía,
no lo sé. Es más, yo me pregunto,
a quién, realmente, le importa
lo que puede ser o no la poesía.
Poesía bien podría ser mi vecina del cuarto
bajando a por el pan en bata y con los rulos puestos,
o el yonki de mi barrio
al que todos los días se le queda la moto sin gasolina
en el mismo cruce desde hace años,
poesía es el estanquero
que el lunes nos regaló un mechero
para celebrar el cambio y la esperanza,
poesía son los inmigrantes sudamericanos
jugando al fútbol o al ecuoboley a oscuras
gritando palabras que no entiendo;
y un poema es ver todos los días como crece
la cola del paro
hasta que da la vuelta a la segunda esquina,
o bien, un poema, también es la cara que se te queda
cuando descubres que la farlopa que te vendieron
no es farlopa si no anfetamina machacada con paracetamol.
La poesía es tu mirada, que con un mejor o peor estilo,
es tuya y de nadie más, y el poema
es lo que dejas sin que te importe la opinión de nadie,
ni siquiera la tuya, porque no lo revisas ni le das otra vuelta.
domingo, 27 de noviembre de 2011
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