mañanas
frías de lentos amaneceres
en los que nuestras
miradas
se cruzan en
el silencio compartido
del andén
del metro, cuando
camino de
nuestras rutinas
vemos
resignados como el día
empieza a
funcionar
acurrucados
en la solitaria
parada del autobús,
con
la noche aún
sobre nosotros
escuchamos
melodías reconfortantes
para darle
otro sentido
a eso que
comienza, la rutina
el invierno con
sus días breves