el sol luce alto en el cielo
un horizonte despejado
y una suave brisa primaveral
auguran una tarde perfecta
no importa
cuanto se demore el autobús
aquí sentado, libreta en mano
todo parece discurrir
como ha de discurrir
me alegro la vista
con la chicas que pasean
al tiempo que construyo
castillos de arena
y diseño un mundo perfecto
de escaladas sin fin
y amores en cada cima
las palabras me abandonan
quedo brevemente enmudecido
en un silencio hecho
del murmullo de los coches
que avanzan calle arriba
así, soy colmado
por una felicidad
que en su dudar
cuanto las palabras regresan
es olvidada