brilla sin nubes en el cielo
y una agradable temperatura
augura otro perfecto fin de semana
otra vez todo entero
al rededor de paredes calcáreas
es nuestra amada verticalidad
nuestro modo de vida
nuestra pasión más pública y conocida
tres días que sucederán
subiendo y bajando, dando pegues y pegues
hasta que el sol se funda en el horizonte
y todo sea noche
cuando la primera noche llega
tras rozar el encadene
cayendo con la cadena en la cara
cansados, todo sucede liviano
con un par de litros de cerveza
y un gran canuto de maría
que nos retrotrae a nuestra
para nada tierna adolescencia
y somos chavales otra vez
y todo son risas a dentelladas
y un dolor feliz en la barriga de tanto reír
y el recuerdo de un difícil
plato de macarrones con tomate
que nunca se olvidará