EL CUARENTA DE ABRIL

amanece otro día más en el calendario
otro sábado que transcurrirá
siguiendo las chapas de una pared calcárea
olvidando el discurrir de las horas
tratando de hacer presente
ese tiempo sin tiempo que sucede calmo
la tranquilidad de quien no tiene quehaceres
nada obliga a estar aquí
todo es elección consciente
y las horas pasan sin ser vistas
y felices nos marchamos a por las cervezas
cuando llega el sol y nos empuja la espalda
con toda su fuerza, un calor excesivo
que imposibilita cualquier escalada
un calor que parece llegar temprano
cuando aún no hemos alcanzado el cuarenta de mayo

ya todos los machos de espalda plateada
dando pegues y pegues sin camiseta