despierto este otro domingo de finales de agosto
una mañana clara de agradables temperaturas
despierto rodeado por los brazos de ella
ella que sabe andar por la cuerda floja
con una elegancia propia de los gatos
despertamos juntos al ritmo de las caricias
por delante una mañana vacía de propósitos
sólo sentir la brisa que entra por la ventana
susurrando a nuestros cuerpo desnudos
viejas historias de un verano que ya termina
las horas se van sucediendo lentamente
pronto llega la tarde y la despedida
silencioso me pierdo en la ciudad dormida
el perro me sigue fiel, siempre buscando
el secreto que ocultan las esquinas
no queda nada por hacer, esperar
ver como las horas lentamente abocan
a un lunes que siempre llega pronto
mientras que el sueño nos lanza
a otro posible comienzo...