partimos, abandonamos la ciudad dormida
huimos tratando de hacer brecha en el día a día
con un irrefrenable deseo de ver perderse la horas día
más allá de la conciencia que nos ata a aquella rutina
por carreteras secundarias, observamos brevemente
la vida en los pueblos perdidos de la meseta castellana
captamos otra forma de entender el día a día
sin las exigencias de la ciudad, todo aquí empuja al sosiego
ya en nuestro destino, antes de hacer campamento
una aproximación al barranco, catar algo de roca
antes de que caiga el día, sin más compañía
que el ruido del bosque y alguna otra cordada
hacemos campamento en la pradera del refugio donde
compartimos el fuego y las viandas,las cervezas corren
los canutos las acompañan, siempre esa misma manera
de cerrar el día que tanto nos gusta: estar aquí y ahora