NEC SPES NEC METU

No tengo miedo

Carezco de la madurez necesaria

Para saber que es el miedo,

Tan sólo, ese no querer crecer

No ser como ellos, autómatas de traje y corbata

Consumidores de plásticos, especuladores del futuro

Vivir el aquí y ahora

Sueños que no quieren ir más allá

Del estar contigo, aquí y ahora

Presenciando este presente sin esperanza

Un futuro oscuro de descomposición

Adiós papá Estado. Muerta la madre tierra

El día en que sólo tengamos dinero para comer, no está lejos

Papel mojado en petróleo para todos

El porvenir se olvida, no necesito la esperanza

El saber de ti, aquí y ahora, es suficiente

Así me asomo sin miedo en el abismo

Con tus ojos como paracaídas

AMANECER DE SáBADO

Amanezco, este luminoso sábado
de invierno, envuelto en una bruma
de pereza y cansancio. No tengo
mucho que decir, navego
en un mar en calma, el tiempo
no insiste ni apremia con nada,
todo es sábado: por delante
dos días sin exigencias.
Me espera el perro, ansioso
por salir; me espera el sol, ansioso
por calentarme y darme con su brillo;
me espera la nada, esa maravillosa
nada que nada exige; me esperas tú, eso
es algo que desconozco, algo que
ya se irá viendo a medida que el día avance.
Un día tranquilo, sin prisas; un día
de luz y de color, en el que,
como dijo Lamborghini, comienza
envuelto en una paz apocalíptica.

AMANECER DE VIERNES

Amanezco, este viernes de enero
con una leve incertidumbre, tan leve
que su presencia no causa desasosiego.
Hoy sé que es lo que voy a realizar,
hoy tengo planes, buenos planes.
Sin prisas, hoy no hay porque correr,
me bebo lentamente mi café
mientras el pan se tuesta y dejo
que de mi cabeza surjan estas,
hoy no tanto, confusas palabras.
Me espera un día luminoso en
el monte, allí me esperan paredes de roca.

AMANECER DE JUEVES

Amanezco junto a ti,
abrazado a tu cuerpo,
este frío jueves de invierno.
Las imposiciones del reloj
no me permiten volver
a adentrarme en tu cuerpo
y ahora todo es prisa y correr:
un café recalentado,
sin tostada, sin zumo y
a correr.
Siquiera hubo
una ducha compartida.
El día, un día luminoso,
se presenta aciago,
lleno de incertidumbres.
Pero no importa,
tu presencia,
este despertar compartido,
me da fuerzas para darle la vuelta
a lo que el destino me propone.

AMANECER DE MIéRCOLES

Amanezco a destiempo
este frío miércoles de invierno
en el que una vez más
tendré que recurrir a la imaginación
para ver terminar el día sin caer en el desespero.
No importa mi vida es como es.
Además, tal día como hoy,
en tal país como este,
poco importa lo que suceda durante el día,
poco importan las corruptelas,
las listas crecientes del paro,
la creciente ausencia de esperanza.
Hoy, todo gira entorno a otras galaxias,
hoy lo que importa gira entorno al fútbol,
hoy, a falta de esperanzas,
el verde que dará sentido a nuestras vidas
es el verde del césped
y un balón discutido en tal terreno de juego.
Sí, hoy todo gira entrono al Madrid-Barça.
Así somos, así soy. A quién le importa. Qué más da.
Un poquito de pan y circo, nunca viene mal.
Y quién este jodido que se joda en su miseria…

AMANECER DE MARTES

Amanece fríamente este martes de invierno.
Un cielo despejado, claro como la mirada
de un niño, y brillante como tus ojos,
esos preciosos ojos, en los que ahora,
en tu ausencia, pienso con delicadeza.
Son agradables, estas mañanas de invierno,
mañanas en las que el frío corta la cara
y la claridad del cielo invita a un paseo
por las alejadas e ignoradas calles
de los suburbios donde vivo,
parques solitarios
donde la ausencia de dinero no importa,
donde uno se lleva voluntariamente al autoengaño
haciéndose creer que pisa montañas,
donde la constante de mi vida, ese nada
que hacer se disipa como
la niebla de la mañana para dejar en
el cielo azul ese sol que con su indiferencia
nos observa como metáfora
de lo poco que importa nuestra personal
presencia…

AMANECER DE LUNES

Amanece este lunes de invierno
Cubierto de una fina capa de niebla y lluvia
Opción de lo divino para limpiar el artificio
De lo humano, de lo material, de lo mortal
Postrado con desgana ante la pantalla
Doy vueltas en busca de un empleo que no llega
Una espera que marca la pauta de la incertidumbre
Convocando, como dijo Panero el hijo,
A la pobreza de la palabra
Con tristes versos que tampoco llegan
Permanecen, a medio camino entre mi mente creadora,
Algo que dudo, y esa extraña no-naturaleza del artificio
Y ante la repetitiva pregunta: ¿qué hacer?
Insito en mis repeticiones: nada puedo hacer, pues
Nada importa, somos como la lluvia
Que llega a destiempo para desaparecer
Eso es, qué más da, qué más podemos hacer
Cuando la única opción posible que se me presenta
Es una huida a no sé donde…

AMANECER DE DOMINGO

Amanezco temprano, antes
que el sol, antes de que la noche
deje de ser noche
y no es por trabajo, no es más
que por el simple placer
de ver al sol alzarse lentamente
sobre el cielo.
Es simple, tanto
que quién quiere poesía para dar
un sentido. No lo tiene. Sentido, digo.
Ahora, en al tiempo que se compone
este artificio, ya está el sol
bien alto, cubierto, invisible, por la neblina
que acompaña en esta fría mañana de invierno
en la que
nada es importante.
El perro duerme en su colcha, mirándome
con pereza e, insisto, nada importa:
El tiempo pasa, con gloría o con hastío,
acumulando sucesos que serán borrados,
recordados sólo en una memoria vaga
que lentamente se disipará
como esta neblina
que cubre el horizonte.

SOMBRA SOBRE TUS OJOS

Sombra sobre tus ojos
que me rodean en este mar de infortunio,
sombra a veces triste
a veces alegre, siempre
sombra cambiante.
Tenues variaciones
de un mismo suceso que se repite:
tú que ahora estás cerca,
tú que hace tiempo que marchaste
y ahora tú, otra vez, que
colmas hasta el borde vítreo mis aspiraciones.
¿Qué más pedir que tu presencia?

SUCESO

no poseo más recuerdos
que una neutra acumulación de sucesos,
porque vivir no tiene tanto misterio,
es una narración tediosa que a pocos importa
y puede ser una historia trágica
como puede ser un cuento de terror
lo mismo que una loca comedia
o el ejemplo irrefutable del esplín,
pero aquí estamos viviendo
sin más remedio
el suceso
que ahora nos toca
y a mí me tocas tú
y quizás del mismo modo, yo te toque a ti,
eso es algo que no sé,
no sé lo que piensas tú,
sólo sé lo que me dicen tus ojos,
que quizás me mientan
o soy yo el que me engañe
o no se de el engaño
y todo no sea más que un suceso
a incorporar esta historia
que es la vida
la tuya
la mía
la de los dos
que sólo finalizará con la muerte

SERá POR ELLA

No escribo nada, desde hace poco más de un mes todas las palabras se han ido a otras manos; surgen en otros versos. Y no es que no tenga nada que decir, es, precisamente, lo contrario: me bastaría con centrarme en ella, en sus ojos brillantes color miel que con tanta intensidad me miran, en sus caricias, en la suavidad de su piel, en la belleza de sus piernas, en ese precioso coño en el que a lametones me pierdo.

Podría hablar del amor, pero del amor ya se dijo todo lo que se tenía que decir, y a mí me basta su cuerpo, y lo que tiene ella sólo para mí, y de lo que yo tengo sólo para ella.

Y aquí, todas las palabras están de más…

LíNEA DE FUGA

Fue un día de octubre de dos mil no me acuerdo.
Había perdido, por suerte, aquél trabajo y
el finiquito había dado una fuerza inesperada
a mí cuenta corriente.
Nada que hacer. La ciudad sólo ofrecía
los mismos excesos de siempre:
noches sin fin bañadas en alcohol y cocaína
tratando de encontrar esa mujer inexistente
que me hicierá cambiar. Nada.

Entonces, siguiendo uno de esos
impulsos vacíos que no lleva a ningún lugar,
justo donde quería ir, sin más compañía
que de la sombra imborrable del ayer,
sin expectativas, sin saber el motivo,
lejos, hasta un país soñado,
India, origen de todo,
marché.