un tiempo ignorado, dado por sentado
los días pasan mientras otro verano lentamente se acerca
la soga atada el cuello empieza a pasar inadvertida
la costumbre y sus consecuencias
el silencio sordo de lo inevitable
pasan los días en los que sólo son reales las tardes
mañanas sometidas a un paréntesis de olvidos
mañanas que pasarán sin ser recordadas, tan sólo
bien administradas
nada que decir, escribir por escribir