caminando de
vuelta a casa una imagen surge en mi mente
auspiciada
por la música que suena en mi móvil
ahora
inteligente, multifunción
me veo a mi
mismo, en una noche de agosto
descalzo,
con tan solo un pantalón raído
sin
camiseta, pecho al aire, con las rastas hasta la cintura
las pupilas
negras, grandes como la noche
perdido de
mis amigos, perdido en un festival
sin rumbo
fijo, dando vueltas, conociendo personas
todos
felizmente drogados en una celebración colectiva
perdido,
deambular errático, cuando sonó
la misma
canción, que ahora, años después, muchos años
la escucho, y soy
todo recuerdos de esa vida que ya se fue
en el centro
de todo, brazos al aire, bailando solo
una
felicidad extasiada, intenso bienestar
solo, sin
necesidad de nadie, de nada
la memoria,
tomando del ahora recuerdos pasados
imágenes confusas,
apenas recordadas
reconstruidas
azarosamente
en una
narración mínimamente coherente
que no
siendo verdad resulta verídica, probable