son ellas,
todas ellas
preciosas bellezas
salvajes
vivas, son dueñas
de sus pasos
son las que
a nadie siguen
caminan libres,
rompiendo corazones
dejándose romper
el suyo por una intuición
son las que
saben andar por la cuerda floja
elegancia
felina, desafiante belleza
que rompe la
noche
cuando a
oscuras las miras y de sus ojos, esa luz
que te
empuja al más atrayente de los abismos
intimidante
autosuficiencia
para todos
esos hombres que yo soy
educados
para otro tipo de mujer
más sumisa,
una mujer de otro siglo
todos esos
hombres que soy yo
que
quisieron romper con lo establecido
sin haber
siquiera pretendido
haberse roto
antes su propia cabeza