volviendo a
casa del trabajo
salgo del
metro a la calle
llueve,
llueve, llueve…
llueve por
primera vez en meses
llueve como
anuncio del verano que ya termina
algo que ya
se intuía
en las
mañanas oscuras de lentos amaneceres
una lluvia
de invierno
agua fría
que cae sin ser deseada
camino
entre gente cubierta por paraguas
tratando de
leer el libro que tengo pendiente
la vida se
nos va tras todos estos días pasados
se suceden
las estaciones sumando años
mientras
caminamos por la cuerda floja
una vida sin
sueños que trata de soñar
un presente
no vivido
queda
pendiente de la resolución
de los proyectos
establecidos
otro verano
en el que no veré el mar
no caminaré
descalzo, mojando mis pies
en el agua
salada ni perderé la vista
en la bruma
del horizonte
mientras
trato de alcanzar la posibilidad
de un amor
pasajero
para mí todo
fue el mismo paisaje urbano
el mismo
paisaje que es ahora
ese que
permanece a kilómetros de distancia
cuando no
estoy pero sé que voy a volver
siempre con
billete de retorno
a esta vida
que no es mala, que no guarda
ningún
terror ni sufrimiento
sólo es este
profundo aburrimiento
los días que
se van cuando aún somos jóvenes
y queda
mucho mundo por ver
mucha vida
por vivir
todo lo que
nos perdemos, lo que no vivimos
cuando
trabajamos por unas horas que suman años
y la vida se
nos va
y no pasa
nada porque tiene que ser así
la máquina
no se detiene
todos somos
parte de ella