termina la
semana en este miércoles
la vena de
la sien volvió a hincharse
palpitando
gritos y gruñidos
cuando todo
cuesta arriba y el trabajo
que parece nunca
terminar, sin comer
el día se
alarga más de la cuenta
no hay
santidad para los que como yo
hijos precariados
de la ciudad
nunca erigirán
una religión en nuestro nombre
nosotros
cargamos con la cruz
de los días
iguales sin futuro
poniendo una
y otra vez la otra mejilla
por miedo y por
hambre
a nosotros nunca
nadie vino a rescatarnos
(bienaventurados
los que saben emprender
dignas huidas
de ellos serán
los sagrados caminos…