el oráculo
fue claro: día de lluvias para dar comienzo
a la primavera: así amaneció
cubierta la mañana
una lenta
mañana de lecturas atrasadas
precedida por una intensa noche de sexo
otros fueron los caminos sagrados recorridos
fue tu cuerpo y todos tus
jadeos: cantos de sirena
atraído por
ellos naufragio tras naufragio
que dejan un cuerpo cansadamente sedado
que dejan la mente
dispuesta ante el escritorio
sin
necesidad de movimiento físico
todos los
caminos trazados esta mañana
no son
reales: pura imaginación sin límites
mientras el
día sucede y el cielo se abre
regreso a
los tópicos y pienso que la esperanza es…
aunque esta
vez no tenga por qué ser necesario
todo eso que
también forma parte de la otra rutina
hoy es otro el escenmario: estar sólo
escribiendo
esperando tu regreso: sabiendo que
nada queda de este sábado
más que
abrazos, cariños, mimos y sexo, mucho sexo
mientras el
invierno comienza ya a despedirse
sabiendo que
toda la primavera está por comenzar
buenos son
estos días en la ciudad
encerrados
entre nosotros, sólo nosotros
estableciendo
también límites físicos por superar
cuánto
tiempo son dos cuerpos capaces de amar
antes de
caer rendidos, fulminados