Tiemblan mis manos sobre la página en blanco
en esta fría mañana llena de distancias
tan lejos está tu carne de mi boca
que tengo que apagar el hambre
temblando de frío ante la breve tarde
en la plaza vacía donde solo son los pájaros
que vienen tímidos a por las migas de mi bocata
comparto con ellos mi soledad, mis restos y mis anhelos
la necesidad de primavera cuando el invierno
todavía no ha sucedido: que los días sean largos
interminables sin que el calor del verano lo encierre
todo