afuera en la calle hacía frío y llovía, nosotros
nos habíamos escondido en un cine de barrio
una película intranscendente y un cubo de palomitas
al salir ya no llovía, pero el frío seguía siendo
picamos algo y nos fuimos caminando a mi casa
tranquilamente, sin prisa, parándonos a fumar
al día siguiente salió el sol pero ya era tarde
la mañana estaba avanzada y mi madre
había preparado un copioso almuerzo de domingo
nos quedamos en la ciudad sin que nada nos importase
un largo paseo con el perro y la abultada prensa del día
una cerveza en el bar de la esquina, luego la comida
después tú durmiendo la siesta
yo terminándome otro libro, devorando sus páginas
mi madre ausente frente al televisor
hasta que la noche volvió a adueñarse
de todo otra vez y marchaste en el metro