despertamos aturdidos por el rumor
de la noche de ayer en los vinos
donde recordando tu adolescencia
fuimos otra vez jóvenes borrachos
ahora ya no queda nada
el trágico destino de los que regresan
horas de carretera y sus retenciones
el calvario del proletariado
somos todos obligados a tomar
idénticas decisiones, los mismos días
la única procesión a la que asistimos
el dios de las autovías nos asiste
nos contempla vigilante con su millar de ojos
vela por nosotros y nuestro pronto regreso