el día amanece lentamente, el sol se alza sin prisas
dejándonos una bella estampa urbana
mientras, todo empieza a funcionar
el silencio de la noche es sustituido
el ruido de la ciudad, el cotidiano jaleo
empieza a ser en todas las cosas
y nosotros, todos los que aguardamos el bus
-y un calor que esta mañana no es-
con la misma cara de nada, dormidos todos
sabiendo que nada interesante nos espera
que tan sólo la rutina y su tedio están
a la vuelta de la esquina, otro día más
que sucederá sin aventuras, lentamente
como este amanecer