toda la jornada
arrastrando el cansancio y el hartazgo
por la ciudad
toda la jornada
andando sin caminar
dando vueltas en círculos
sin encontrar la salida
a estos días de este extraño verano
toda la jornada
resignado a esta vida suspendida
a esta inexistente vida
que no es la que soñé
cuando aún soñaba
con que otra vida, la mía al menos
era posible
toda la jornada
esperando el toque de silbato
viendo el lento suceder
de la horas en el reloj
sin miedo ni esperanza
toda la jornada
una nada de horas muertas