rápidamente improvisada y provista
de extrañas e inesperadas sorpresas
sucedió esta mañana de domingo
en la que la huida por fin fue posible
despertar en una ciudad dormida y ver
como el día va comenzando a ser
a medida que nos vamos aproximando
un café en el bar de cantoco
para ir calentando motores
saludar a los conocidos y decidir
saludar a los conocidos y decidir
al final, es en las tras coronas
donde la mañana pasa instantánea
antes de que volvamos a la ciudad
a cumplir con los compromisos
adquiridos del domingo