ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

lunes, 24 de marzo de 2014

UN FINDE EN LA PEDRA

un sábado cualquiera, a primera hora de la mañana
suena el teléfono, es e.: ey tronko, te he despertado
no tranki, respondo, hace tiempo ya que estaba despierto
nada que nos vamos a pasar el fin de a la pedra
sobar allí y escalar hasta que reventemos
qué, te apuntas, paso a buscarte y te llevas al perro
de puta madre, en lo que vienes voy preparándome

la amenaza de lluvia hace que los domingueros
olviden su momento campero
la barrera está levantada, sin colas
a pesar de que son más de las doce del mediodía
en un momento ya estamos en el techo del puli
punto de encuentro para el largo fin de semana que nos espera
nos dividimos, algunos salimos para cancho islazo
en busca de terrenos menos desplomados
y lentamente la tarde se va
llega la noche suave
de la mano de un duro frío de montaña

pasamos la noche en el bosque de cantoco
en un esplendido vivac entre las rocas
una cena en la que abunda lo mío es tuyo
y un montón de canutos y alguna cerveza
y enseguida ya dormidos, todos bien apretados
para que el frío de marzo en el montaña
sea menos frío y podamos dormir

despertamos entre los primeros rayos del amanecer
y los perros que salen a ladrar a los primeros montañeros
desayunamos en el bar de cantoco
ya lleno de gente, todos expectantes y nerviosos
nosotros con cara de susto, nos arrinconamos
y sin prisas hacemos cuenta de cafés y potentes tostadas
para coger fuerzas para ir hasta el cancho de los muertos
un agradable paseo de media hora, casi por entero
por medio del bosque

al llegar empieza la fiesta, tras un breve acercamiento
poco a poco vamos haciendo notar nuestra presencia
somos un numeroso grupo, a los que pasamos la noche
se han unido unos cuantos más
y a gritos nos llamamos unos a otros
detestándolo cuando es a mí al que le sucede
hoy no es el día para disfrutar del silencio en este cancho

un día que sucede rápidamente
ya estamos otra vez en el bar de cantoco
celebrando el día con unas cervezas
y los últimos canutos, justo antes de empezar
el viaje de regreso a la ciudad y a nuestras rutinas
un día, otro día más de escalada y frugalidad
que será difícil de olvidar