tras un un invierno lluvioso, muy lluvioso
sale el sol... y como si fuésemos lagartos
sin pesarlo, sin medir las consecuencias
salimos sin límite propuesto hacia la roca
perfecto sábado para entrepe, para ver al sol
pasar sobre nosotros, hartarnos de su contacto
y sentir el áspero tacto de aquello que nos sostiene
a duras penas, sobre el cazo con el que deseamos
para alcanzar la meta ficticia que da nombre
al encadene y tocar finalmente el único artificio
que nos está permitido: aquello que nos llevamos
tan sólo para poner un tachón más en la agenda
y hacer registro de aquello que no tiene más sentido
que pasar un tremendo sábado con los buenos amigos