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lunes, 8 de noviembre de 2010

CHANDIGART: Primer viaje en tren y Nek Chand Rock Garden



Ayer salí de Delhi y llegué a Chandigart. Un viaje en tren de cuatro horas en un tren de segunda sin aire acondicionado por unas 120 rupias (apenas dos euros). Al principio la cosa marchaba bien. Cada persona en su sitio. Pero a medida que íbamos parando en las estaciones del trayecto la cosa se complicó. Poco a poco el vagón del tren se fue llenando de gente de pie y sentada por el suelo, al mismo tiempo, pasaban los vendedores oficiales de te y snaks saltando entre la gente. Por suerte, aunque todavía sigo con diarrea, no tuve que ir en ningún momento al baño. Estuve hablando un rato con un notas que quería saber quien era, de donde venia, etc. y que se cogió la guía de mil doscientas paginas y fue pasando las hojas una a una deteniéndose en los mapas y las fotos porque era lo único que, lógicamente, podía entender. Lo que me hizo gracia es que el pollo se dio cuenta con sorpresa que el ingles y el castellano son muy parecidos. Aunque en el fondo, como todos sabemos, no es así.

Sigo con mi dieta de arroz blanco, más seco que la mojama e insípido como un trozo de cartón. Menos mal que a mi esto de la comida india no me va mucho. Pero ya estoy hasta la polla. A ver si me pongo bueno de una puta vez, aunque, si lo quiero hacer bien, todavía faltan dos o tres días. Porque hoy he empezado a medicar me. En la guía ponía que el fortasec es solo para casos extremos, así que me he ido a una farmacia de aquí. En vez de venderte el paquete entero del producto te venden nada más lo que el farmacéutico piensa que vas a necesitar. Cuatro pastillas y un reidratante por medio pavo. Por un lado pienso que es bueno para que en las casas no se acumulen medicamentos sin usar que luego nadie sabe que hay que hacer con ellos, pero por otro lado hay que confiar en el farmacéutico porque te da un par de pastillas sin prospecto ni nada y lo único que se puede hacer es confiar en el.

En este pueblo de casi un millón de habitantes no hay mucho que hacer. Una ciudad muy moderna en la constitución. Esta dividida en sectores. Unos cincuenta. Pero las calles tienen las misma basura que se acumula por todas partes al igual que en Delhi. Lo único realmente interesante que se puede hacer aquí es visitar el Nek Chand Rock garden. Si alguien lee esto que lo busque en la Web poniendo el mismo nombre. Al principio me ha parecido una chorrada. Pero al parecer es un notas que no termino el instituto que empezó a buscar en la basura y poco a poco fue construyendo este parque a partir de la nada y con materiales de desecho. Es más interesante de lo que puede llegar a parecer, y encima es que el notas sigue dale y dale. Al estar en los límites de la ciudad, el parque no tiene un fin predeterminado y todavía puede crecer y crecer.

Esto es lo único que he hecho en todo el día. Quiero curarme esta diarrea lo antes posible. No me encuentro mal. Ni débil ni fiebre ni dolor de ningún tipo, aunque estornudo bastante. Del Nek Chand habré salido a las doce del medio día y luego he ido a informarme sobre los buses a SHIMLA, la capital del estado del Himalaya, lugar al que me dirijo mañana. Aquí moverse es una locura. Hay que armarse de paciencia y llegar con tiempo a las estaciones para poder planificar un poco el viaje porque, entre mi ingles, el ingles de los indios y su puta madre no hay quien se entere de nada.