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sábado, 6 de noviembre de 2010

DELHI #3: Primera diarrea, Gandhi y Central Market de Lajpat Nagar.


















Hoy sábado, al cuarto día: primera diarrea. Los motivos no los sé, aunque muy probablemente será la infusión relajante que me tome ayer antes de acostarme. Ya me ha pasado algo parecido en España y sabía de sobra lo que podía pasar. Aún así me la tome. Hay cosas que nuca se aprenden. No creo que me lo ocasionará nada de lo que he comido hasta ahora, porque he podido salir por hay a dar una vuelta larga a ver cosas. Aunque no he comido nada en todo el día hasta que se ha hecho de noche. Un arroz vegetariano, que de momento, mientras escribo esto, no me está dando muchos problemas. Más bien todo lo contrario. También el calor puede ser uno de los motivos, junto con esta condenada polución que desde la nariz y la boca penetra en todo el sistema interno. Sólo con salir a la calle se percibe un fuerte olor a diesel que gobierna, como la peste, todo el aire.

Lo primero que he hecho ha sido ir al Gandhi Smriti. La casa donde Gandhi pasó sus últimos días antes de ser asesinado en el mismo lugar convertido ahora en museo. En el fondo es una chorrada, un escaparate más para los turistas, nacionales y extranjeros, que vienen a Delhi. Está perfectamente diseñado, de manera muy cuidada. Pero en el fondo no he podido de dejar de tener la sensación de estar en un escaparate para turistas, no he recibido ninguna sensación especial. Excepto en los baños, que, por los motivos, arriba expuestos, he tenido que utilizar urgentemente.

Después he ido al barrio de los mochileros a cambiar la pasta que me quedaba en un lugar que ayer vi a buen cambio (62 rupias/ 1 euro). En este barrio antes y después de cambiar la pasta he sido acosado por todos los comerciantes de la zona que te quieren vender de todo. Desde llevarte a sus hoteles y restaurantes, artesanías, fumeteo, y yo que sé más. Esta gente está tan acostumbrada a los turistas mochileros que sólo con verte saben de que país eres, saben lo que quieres y lo pueden, si lo consiguen, venderte. Algo que me está haciendo pensarme lo de subir al Himalaya. Quiero ver las montañas y sus vistas, pero no quiero encontrarme con unas especie de Chagüen a la India. Además llevo desde hace casi una semana, desde el sábado de la fiesta sin fumarme un porro y, como ocurrió al volver de Menorca, no me apetece mucho. Ya veremos lo que pasa cuando llegue allí...

Por último, después de una siesta en casa de Jaime me he ido a comer un arroz vegetariano y dar una vuelta por el Central Market de la zona. Nada que ver con la zona de mochileros. Es un barrio de clase media, no orientado a los turistas y sin casi pobreza. Algún mendigo hay, pero nada que pueda impactar realmente a la vista en comparación con Old Delhi. La gente sale de compras en una especie de rastro nocturno (eran las 19h y es de noche desde hace más de una hora). Familias, parejas de novios, mujeres en grupo y prácticamente ningún turista occidental. Algo que en conjunto se agradece. El error ha sido no llevarme la cámara de fotos para hacer alguna foto. En especial, algo también ha sorprendido a los locales: una mona, con su monito, en el capo de un coche durmiendo. Todo el mundo hacia fotos y se reía. Lástima. Desde mañana no saldré sin la cámara a ningún lado. De todo se aprende.

Mañana marcho de Delhi. No sé si volveré. Voy hacia el norte. Empiezo en la que se supone que es la ciudad más limpia de la India. Se llama Chandigarth y fue diseñada, para quien le conozca, por el arquitecto Le Corbusier. Al parecer, es una excepción en toda la India. Un retiro de verano para las clases medias de la India, especialmente de Delhi. También es de las más caras, aunque nada que ver con los precios europeos. Espero pasar como mucho dos noches antes de seguir hacia el Himalaya. Llegaré sobre las 19h y no podré comprarme el billete del bus hasta el día siguiente.