Un calor espeso, quieto
cae como una hoja de papel.
Esperar la noche, la breve noche
donde todo sucede sin sen visto.
Más de lo mismo, otra vez
nada que hacer, aguantar.
Un placer ausente, esta levedad.
El verano en Madrid, seco, pesado.
Sábado por la tarde, la soledad
en este océano calmo, sin movimiento.
No hay dolor, no hay ansiedad, no hay.
Todo es ausencia. Nada se mueve en el
aire.