empiezo decidido
ante mí, un
muro de piedra
treinta
metros de roca caliza
con una
dificultad asequible
si no fuese
por el miedo
ese miedo
que siempre aparece
cuando la
zona de confort
está siendo
puesta aprueba
cuando salgo
de lo fácil
y me
introduzco
en el reto
de superar
mis propios
límites
empiezo
decidido
superando
las primeras chapas
pero
enseguida
cuando la posibilidad
de caer
aparece,
cuando es algo factible
el miedo lo
ocupa todo
mi mente se
bloquea
y soy
incapaz de avanzar
y paralizado
, soy todo miedo
y todos los
fantasmas
vienen a
visitarme
empujándome a
descender
a volver a
la zona segura
donde nunca
sucede nada
empecé
decidido
pero el
miedo una vez más
pudo
conmigo, otra batalla
perdida,
otra derrota
no contra la
dificultad
si no contra
mí mismo
anulando
este precioso día
que pudo ser
glorioso
no por la
consecución del éxito
si no por
haber perdido
otra
oportunidad
de haber
superado el miedo
porque el verdadero
fracaso
no es haber
fallado
el verdadero
fracaso es
no haberlo
intentado de corazón