lo más
probable es que sólo los que escriben
poesía lean
poesía, que nadie más se interese
por este
cúmulo de vanidades estéticas
como ahora,
que sin tener nada mejor que hacer
me refugio
bajo esta marquesina de la lluvia de otoño
fina, apenas
perceptible en la lenta humedad
que van
adquiriendo las páginas el libro
cuando
camino leyendo, es entonces
cuando me
detengo bajo este triste techado
haciendo
tiempo mientras me fumo un cigarrillo
y sigo
leyendo este libro que no me gusta
que apenas
subrayo alguno de sus versos
poesía nórdica
de la segunda mitad del siglo pasado
nada me dicen
sus versos excesivamente bucólicos
yo sé, que
nunca seré capaz de alcanzar
esta calidad
formal, no hay un nobel esperándome
pero sigo
leyendo, indagando los caminos opuestos
ya van dos
cigarrillos y todavía no me he movido
por fin me
decido, momentáneamente ha dejado de llover
apago el
tercer cigarrillo con el primer paso que doy
continuo
leyendo camino de casa para terminar el libro
justo en el
momento de mi llegada donde me espera
el poema que
venía escribiendo mientras regresaba