el oráculo
no es claro, impone la duda
las
posibilidades del suceso son amplias
no hay una
elección que asegure el óptimo resultado
arriesgamos
y apostamos por el barranco
llegamos y
el cielo permanece cubierto
en el
mirador empezamos de izquierda a derecha
nada sucede,
por un momento el cielo se abre
el sol
arremete con fuerza en pleno ascenso
al principio
agradecemos este empuje
luego la
tostada requiere un poco de sombra
un descanso
bajo el techo de la pequeña cueva
comer y
recuperar fuerzas para lo que queda del día
echar de
menos un café, energía bioquímica
la fuerza
extra que incremente la capacidad perceptiva
más adentro,
para encontrar el camino hasta la cadena
luego el sol
empieza a perderse por el flanco izquierdo
vuelve la
sombra, tiempo suficiente
un par de
pegues, nuevos proyectos se suman
a la
interminable lista de asignaturas pendientes
hasta que la
lluvia finalmente empieza a ser
y
emprendemos nuestro camino de vuelta