ESCRIBIR UN DIARIO NOS AYUDA A OLVIDAR LA ILUSIÓN DE TENER UNA VIDA PRIVADA
(ricardo piglia)

HAGO MI FICCIÓN PARA QUE SEA CIERTA
(pentti saarikoski)

viernes, 2 de octubre de 2015

DEUDA DE AMISTAD

despierto, el mismo rutinario pitido
me arranca de mi sueños
sueños agradables, confortables, que no recordare
nunca lo hago, nunca recuerdo
que es lo que sucede en ese otro lado
que ahora vuelve a teñirse de negro

hasta ahora, seis y poco de la mañana, todo
continua siendo rutinariamente idéntico
salvo por mi atuendo que es distinto
hoy no visto ese mono azul que tanto me condiciona
hoy salgo a la calle con un vaquero y una sudadera negra
hoy no voy a trabajar, una sensación indescriptible
hoy voy rumbo Bruselas
allí me espera la amistad, ese amor tan difícil de pronunciar
allí me esperan una de esas admirables parejas
de las que alguna vez aquí hable

en el metro comparto trayecto
con todas las caras grises de la ciudad, caras llenas de tedio
caras tristemente dormidas en su resignación
todas sin esperanza, entregadas a lo que el día que empieza
tiene reservada para ellas
que en la mayoría de los casos no será más que trabajo
trabajo sólo eso, trabajar y volver a casa
como si no hubiese sucedido nada
el silencio ensordecedor de una vida no deseada
una vida disfrazada, el autoengaño que somos todos

cuando llego al aeropuerto
las piernas empiezan a temblarme, siempre lo hacen
aquí, en este espacio, hay algo que lo recorre y llena
el espíritu confuso de la incertidumbre
lugar indeterminado de superficies resbaladizas
demasiado limpio para ser real
demasiado irreal para proporcionarme tranquilidad
aquí algunos siempre somos sospechosos habituales

voy caminando, que es lo que mejor se hacer
caminando a paso ligero, mejor resultado
voy buscando la puerta J44, nervioso
perder el vuelo sería lo último, pero no, hay está
una vez más, se confirma una certeza
la vida no es más que una acumulación de esperas
esperar esta vez, la llamada y su posterior cola
hasta que uno a uno, vamos entrando en el avión
donde deberé esconder las ganas de fumar en una siesta

no nos dan nada de comer ni de beber
el color verde visión nocturna otra vez más
son sólo dos horas que pasan rápido
volando de manera inconcebible
mi mente primitiva sólo entiende el normal caminar
una mecánica que se me escapa

llegamos, salgo volando del avión
fumar, sólo pienso en eso, llenar mis pulmones de veneno
luego un autobús, un tranvía y ahí está el m.
un abrazo con el que todo da comienzo