despierto,
el mismo rutinario pitido
me arranca
de mi sueños
sueños
agradables, confortables, que no recordare
nunca lo
hago, nunca recuerdo
que es lo
que sucede en ese otro lado
que ahora
vuelve a teñirse de negro
hasta ahora,
seis y poco de la mañana, todo
continua
siendo rutinariamente idéntico
salvo por mi
atuendo que es distinto
hoy no visto
ese mono azul que tanto me condiciona
hoy salgo a
la calle con un vaquero y una sudadera negra
hoy no voy a
trabajar, una sensación indescriptible
hoy voy
rumbo Bruselas
allí me
espera la amistad, ese amor tan difícil de pronunciar
allí me
esperan una de esas admirables parejas
de las que
alguna vez aquí hable
en el metro
comparto trayecto
con todas
las caras grises de la ciudad, caras llenas de tedio
caras
tristemente dormidas en su resignación
todas sin
esperanza, entregadas a lo que el día que empieza
tiene
reservada para ellas
que en la
mayoría de los casos no será más que trabajo
trabajo sólo
eso, trabajar y volver a casa
como si no
hubiese sucedido nada
el silencio
ensordecedor de una vida no deseada
una vida
disfrazada, el autoengaño que somos todos
cuando llego
al aeropuerto
las piernas
empiezan a temblarme, siempre lo hacen
aquí, en
este espacio, hay algo que lo recorre y llena
el espíritu
confuso de la incertidumbre
lugar
indeterminado de superficies resbaladizas
demasiado limpio
para ser real
demasiado
irreal para proporcionarme tranquilidad
aquí algunos
siempre somos sospechosos habituales
voy
caminando, que es lo que mejor se hacer
caminando a
paso ligero, mejor resultado
voy buscando
la puerta J44, nervioso
perder el
vuelo sería lo último, pero no, hay está
una vez más,
se confirma una certeza
la vida no
es más que una acumulación de esperas
esperar esta
vez, la llamada y su posterior cola
hasta que uno
a uno, vamos entrando en el avión
donde deberé
esconder las ganas de fumar en una siesta
no nos dan
nada de comer ni de beber
el color
verde visión nocturna otra vez más
son sólo dos
horas que pasan rápido
volando de
manera inconcebible
mi mente
primitiva sólo entiende el normal caminar
una mecánica
que se me escapa
llegamos,
salgo volando del avión
fumar, sólo
pienso en eso, llenar mis pulmones de veneno
luego un
autobús, un tranvía y ahí está el m.
un abrazo
con el que todo da comienzo