como si fuesen los caminos ocultos
que discurren en mi memoria.
Una vida, la mía, que no siempre fue
bella y hermosa. Muchos callejones
sucios y olvidados en los límites
de la ciudad. En ellos el recuerdo se pierde
en tubos de papel y barcas plateadas
por las que navegué en el negro océano
en el que naufragué una y otra vez
buscando un no sé qué.
Escribo la memoria, ando sobre ella,
y sigo sin saber qué era
aquello que buscaba, aquello sobre
lo que andaba sin saber por qué.
Todo queda en el recuerdo, las huellas
quedaron en el camino y sus senderos.
Ahora todo es distinto, piel de otro costado,
diferentes motivos, distintas búsquedas...