No mereces ser
en ninguno de mis poemas,
más ya lo fuiste,
más ya no lo serás nunca.
Lo fuiste con tus ojos verdes,
mi gata morena:
una porción de memoria
en el recuerdo es
todo lo que eres ahora,
has quedado relegada al olvido
que a veces se recuerda,
y yo en ti
seguro que ni eso,
ni siquiera la insatisfacción
de un buen recuerdo.
Adiós, supongo
que aquí acabo todo.
No he sido más que un juguete, roto,
en tus manos, ignorado.
diciembre 2009