Puede
que no sea más cierto
de aquello que no se recuerda tras una borrachera,
aunque olvidado
no dejar ser vivido, experimentado.
Así en la memoria
me paseo
y no te encuentro;
apenas un destello, a veces,
en medio de un sueño.
Vida vivida, vida olvidada en
las hojas donde se escribe este encierro, otro poema.
Casi muerto en el frío de mi sombra,
siempre bajo mis pies olvidada.
Soy el vuelo incierto de un ave moribunda
fija en el parabrisas de un camión en ruta transcontinental
volando a otro destino.
No me conozco. No reconozco mi vuelo.
Casi muerto arrollado por una inercia, presente y conocida,
ignoro mi destino.