el verso sobre el cual la noche cae
llena de ausencias y deseos manifiestos
sombra tras sombra
renunciando a ser otra máquina
distinta
el último tren a unos minutos más de
espera
todo, antes o después, siempre se
convierte en una espera
se acumulan los minutos, la gente
se concentra en la posición más
próxima a la salida
mujeres neumáticas bailan en una
pantalla
historias increíbles suceden en una
página
y aquí, donde acontece la verdad, nada
pasa
ausencia de argumentos en esta espera
la página que tuerce la misma esquina
en la que se inician las más grandes
aventuras
la misma página, idéntica línea
sombra tras sombra
de regreso a la ausencia
desde donde comienza esta historia
vacía, tediosa, el esplín de los días
grises sin lluvia
la boca destetada del último poeta
nada perturba la placidez
autosatisfecha
de no ser quien no se es
y ver como los ¿poemas?
bañados en alcohol
perdidos en el humo de la muerte negra
de los porros en los que me, día a
día, consumo
aderezando las noches en síntesis
multicolores
que todo separan
alargando la línea, infinitamente
hasta la llegada del amanecer